Big Wong

Tuve una de las peores experiencias gastronómicas de mi vida en este lugar. El servicio fue, por decirlo de manera simple, deplorable. La persona que nos atendió no hablaba ni español ni inglés, y en ningún momento mostró disposición para intentar entendernos. Cuando trajeron la comida, prácticamente la arrojaron sobre la mesa, sin importar de quién era cada plato. Para colmo, derramaron té en la mesa mientras servían y, lejos de limpiarlo, lo dejaron ahí.La comida, además, era insípida, sin ningún tipo de sabor auténtico que uno esperaría en un restaurante en pleno Chinatown, por lo menos en el caso de Chow mein. Y como si eso no fuera suficiente, nos apuraron descaradamente para terminar de comer y nos exigieron una propina de una manera sumamente grosera y violenta.Este lugar carece por completo de respeto hacia el cliente, desde el servicio hasta la calidad de la comida. No lo recomendaría bajo ningún punto de vista. ¡Eviten esta pesadilla disfrazada de restaurante!

Restaurante cantonés en el centro de Chinatown, no es un lugar muy turístico pero siempre suele estar lleno, el servicio deja bastante de que desear pero la comida no está mal.Solo puedes pagar en efectivo, pero tienen máquinas de cambio de billetes en el mismo restaurante. Raciones abundantes.

Absolutamente delicioso! Pedimos pork buns, mushroom buns, noodles y Lao Mei (o algo así) de pollo y fue lo más delicioso que he probado. Fue la primera vez que probé la comida china y quedé muy satisfecha. Te sirven te gratuito para que acompañes tu comida y el precio es bastante accesible, eramos 3 Personas y pagamos 25 USD.

El lugar es agradable, pero el personal no sabe hablar bien Inglés y se molestan al no poder entender ni explicar, y menos saben español siempre que voy ordeno seafood lo mein y es delicioso ... el personal no es atento al detalle no les importa si se derramó algo en la mesa. Y me sirvieron el lo mein con una cuchara tuve que pedirles un tenedor

Dentro de China Town, comida deliciosa (pedimos platos variados y todo de buen sabor), la mesera no entendía mucho el idioma (ni inglés, ni español), pero se esforzó.